Se ha ido el último mohicano,
el nonagenario poeta gaditano
exponente de la generacion del 50.
Y se ha ido como vivió
com esa chispa y retranca
tan propia de su forma de ser,
de la que hizo gala
hasta el último día.
Seguro que habrá hecho bufa,
del poco ruído
que su marcha,
ha hecho entre los que se apuntan
a los homenajes
cuando hay sustancia que ganar.
Ni un sólo representante
del mundo institucional
ha dado el último adiós
al gran poeta.
Mejor.
Buena forma de empezar
tu nuevo deambulear
por la otra vida.
Empiezas sin lastre,
el de los caraduras que se apuntan
a la foto,
aunque no hayan leido
ni una sóla linea tuya escrita.
Descansa y empieza en paz
tu camino a la eternidad
esa que negro sobre blanco,
ya te has ganado aquí.
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