Lo que empezó siendo una desamortización, ahora es un reajuste en toda regla. Fuimos, somos, pero nadie sabe si, seremos, o seguiremos siendo, mejor dicho.
Es lo que tiene recibir un órdago a chicas, donde el doble o nada se sustituye por un nada o mitad; quien sabe si estarás dentro o dónde estarás.
Entramos en plena fase de realidad, de comienzo y reactivación después de una tempestad que aún deja con su resaca las últimas secuelas, frenazo en seco que, siendo muy honestos, no es una sorpresa para nadie. Cosas de ir al tran tran desde hace meses. Nueva normalidad que promete cambios sin ton ni son, aunque en realidad ya estén trazados con tiralineas, en la penumbra. Incertidumbre enlatada de siete meses de duración, con desenlace embadurnado de mazapán y de luces de navidad.
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