Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




jueves, 27 de mayo de 2021

Imagen y liderazgo

 Reconozco que me chóco anoche ver en El Hormiguero, en medio de Trancas y Barrancas la figura de un canoso Felipe Gonzalez, al que antaño era complicado sacarle entrevistas de ningún tipo. Recuerdo las amargas de queja de un compañero de doctorado, Santi, que andaba en aquellos últimos años de siglo pasado, empeñado en hacer su tesis sobre el liderazgo en la izquierda en España, siendo precisamente el análisis de la figura de Felipe, uno de sus puntos de apoyo. Ni siquiera para que le dorase la píldora uno de sus correligionarios, ( Santi era afiliado al PSOE), estaba, el entonces impenetrabre ya ex- lider del partido y ex-presidente del gobierno. 

 Me pregunto si entonces hubiera imaginado que acabaría hablando en un programa de estas características, abonado a las entrevistas informales con chicha, que Pablo Motos lleva encanbezando desde hace ya unos cuantos años. Y eso que es un político retirado, que no ejerce más allá de las deliberaciones a título consultivo, que le requieren de cuando en cuando, como miembro del Consejo de Estado

 Quizá porque el análisis y presencia de los medios es distinto ahora, y las opciones de exposición son mayores. A nuevas formas de mostrarse, nuevas disposiciones a hacerlo. ¿Qué habría hecho el Felipe de los años ochenta y noventa si hubiera tenido al alcance un arma tan poderosa como es internet?  Seguramente le habría mandado mensajes via a Twitter a su archienemiga Margaret Tatcher, con la que pese a todo, siempre mantuvo una cordialisima relación personal. 

 Pocos oficios deben estar más a la última que la política, donde la imagen es casi todo, más allá de unas ideas, prácticas e iniciativas que cada vez andan más diluidas y se muestran menos relevantes,  a juzgar por cómo vota el respetable cada vez que se acerca a las urnas. La transversalidad de las listas, donde cada vez hay menos rastro de conciencia de clase, animan a los profesionales de la política a aventurarse a estos menesteres, donde más que disertar, exponer o replicar, hay que interpretar y posar. Liderazgo amasado a fuerza de esforzarse en sacar a relucir un repertorio interpretativo que no ganará galardones de la academia angelina, pero si obtiene votos que abren el camino hacia La Moncloa. Interpretar, más que nunca, es poder.

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