Comunismo y Libertad

 Se muestra molesta Almudena Grandes en su artículo homónimo aparecido en El País Semanal, del pasado 23 de mayo, con la polarización ideológica que protagonizó las pasadas elecciones autonómicas en Madrid, donde, a priori, fue la libertad la que ganó al comunismo.

 Y se encuentra molesta, porque como bien refiere en su artículo, hubo un tiempo en que ser comunista era sinónimo de libertad. Libertad que le retrotrae a los tiempos de la República, de la Guerra Civil, del largo ostracismo del franquismo, y de los oscuros pero necesarios años de la Transición, que tuvieron como colofón el régimen del setenta y ocho, ( como lo llaman algunos),  en el que ahora nos encontramos. Todo ese bagaje de pasado y de lucha encauzada vía movimiento obrero, no influye a la hora de aproximarse a las urnas, se lamenta.

 No hay que ser muy listo para observar ese tono de reproche contenido pero evidente, en el que anda instalado buena parte de la nueva izquierda, esa que ha intentado capitalizar el espíritu del 15M que, con un tono más bien paternalista, afea a sus hijos, el desvío de su conducta, eligiendo como representantes a candidatos que no hacen honor a ese pasado de sufrimiento y trabajo. El capistalismo ademas de explotar, abduce y atonta, observan. 

 Hace años para un obrero tener un libro en la mano era un lujo. Hoy para un trabajador en precario o para un beneficiario de un subsidio de 476 euros del Estado, tener un smarphone de última generación o internet en casa son bienes de consumo tan básicos como un litro de leche o un paquete de lentejas. Quizá porque los tiempos han cambiado y la vara de medir a la hora de valorar las cosas, también. La conciencia de clase, esa que tan importante es para un comunista, se ha diluido como agua, y no condiciona en modo alguno a la hora de afrontar el derecho al sufragio.

 Igual que me parecen obsoletas las recetas económicas de esta nueva izquierda, abonada a nacionalizaciones e intervenciones del mercado, más arcaicas aún me parecen estas arengas de clase, que tratan de manosear un pasado al que lejos de honrar, humillan con estas traslaciones temporales en el tiempo. Izquierda de inadaptados, incapaces de afrontar la realidad de un mundo global que la derecha  lee con soltura, y del que se aprovecha a conciencia. Tardarán tal vez, pero  terminarán por entenderlo.

 Termina Grandes mandando un abrazo al autodefenestrado Pablo Iglesias, por homenajear a comunistas y por ser el único que dice la verdad.  ¿Verdad, para quién? No se consuela el que no quiere, aunque para ello vivan en la inopia. Están en su derecho.