Se avecinan días convulsos.
Con el precursor de la democracia exento por voluntad propia y ya fuera del país, siempre con la idea de preservar a un hijo, al que un huracán de explicaciones va a atosigar aún más si cabe. ¿Cómo explicar al gran público que alguien se vaya dejando cuentas pendientes?, Suena a cobardía antes que a gesto que dignifique.
Y como no podía ser menos, ya están al acecho, prestos, todos los que quieren a los Borbones camino del exilio a lo Alfonso XIII.
Los catalanes que reniegan de Felipe VI y piden su dimisión,
Los de UP que pese a ser fuerza de gobierno, llaman indigno al Emérito y no tardarán en volver a pedir un referéndum para cambiar la forma de Estado.
Cuesta creer que un gobierno como este dure una legislatura entera. Ni siquiera necesitan que los torpedeen desde fuera. Ya se valen ellos solitos para ponerse piedras en el camino:
- Haciendo la guerra por separado en redes sociales.
- Reuniéndose por separado, para captar posibles apoyos.
- Matizando todo lo matizable desde perspectivas cada vez más divergentes.
Me pregunto cómo Iglesias/Garzón van a justificar ante su gente, la pertenencia a un gobierno que acuerda con la Casa Real la salida de uno de sus integrantes investigado, cómo toleran que pacten con C´s, y que ni siquiera se les convoque cuando se reunen con ellos. No hay renta minima universal que justifique ninguneos de ese calibre. Las tragaderas de Teresa Rodríguez y de los Anticapitalistas no son las únicas que se hartarán. Habrá más deserciones moradas.
Con estos mimbres, con exilados que dan más que hablar que los que están dentro, ( que nadie se olvide que el bicho sólo dejado en estado latente el affaire Puigdemont), se avecina un otoño calentito. Presupuestos, tercer grado de los politics presos, situación de la monarquía, estado del pacto UP-PSOE...
Y a todo esto el coronavirus que amenza con volver a confinarnos. El que se aburre es porque quiere.
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