Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




martes, 25 de agosto de 2020

A contra corriente

 Hay una tierra que parece que va a contra corriente, que hace cosas distintas a las demás.

 En mitad del temporal, da jamón serrano y salvas de aplausos al Rey.

 Se deshace en elogios y agasaja agradecido a los militares que van y ayudan en las labores de extinción de incendios. No se sienten invadidos.

 Son dos pequeñas muestras de esa forma de ser tan canaria como auténtica: la generosidad  que se vuelve hospitalaria y cariñosa, propia de gente que siente agradecida con más bien poco.

 Rasgo identificativo de una gente que ha sabido ser feliz con nada, acostumbrada a las miserias, a vivir al día y con lo puesto. Que siempre se ha sentido sola, alejada de un país del que se siente, pero que no cree que les sienta a ellos igual.

 Siempre he pensado que si hay un territorio en este país que podría cultivar el desapego, ese era Canarias, por su lejanía, por sus indudables diferencias de carácter, (no es la puerta de América por casualidad, las migraciones a Cuba y Venezuela han dejado una huella muy visible), por su especial cultura, y eso que las lenguas aborígenes se perdieron lamentablemente tras las conquistas del siglo XV. 

 Por ser, es hasta distinta la pirámide poblacional; no se encontrarán en toda Europa, mayor número de menores de dieciocho años censados, en un continente que cada día que pasa más geriátrico es. Como si eso fuera un eco de la juventud de la propia tierra, volcánica, emergente del fondo del océano en sucesivas erupciones que acumularon esas coladas de lava que hoy día son la tierra fértil en la que todo puede cultivarse.

 Y sin embargo, son más patriotas que muchos que viven en la piel de toro. Paradojas de este reino de taifas donde son más reseñables las incongruencias de cada cual, por hacer más ruido.



 

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