Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




jueves, 9 de julio de 2020

Rey emérito

 Salía renqueante, cruzando una puerta que le condujo a un pasillo del Hospital San José, sito en la Calle Cartagena de Madrid, donde un nutrido grupo de periodistas esperaban ansiosos para cazar las primeras impresiones del monarca después de recibir el alta tras su operación de cadera.  

 Apoyado en una muleta, que desde aquella no ha dejador de acompañarle, suplido en ocasiones por un simple bastón, tras dar las gracias a todos cuantos se habían preocupado por su estado de salud, dijo la que es ya una de sus más celebres frases:

 - Lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a ocurrir...

Era su cuarta operación en dos años, esta, ocasionada por una fractura de cadera sufrida en el transcurso de un Safari organizado para cazar elefantes en Botswana. Corría el mes de abril de dos mil doce. Aún transcurrieron dos años más, hasta que en junio de dos mil catorce, decidiese abdicar, trasladando las funciones de Jefe del Estado a su hijo, Felipe VI.

 En estos ocho años, desde el affaire del safari que no solo sacudió las conciencias de los ecologistas, la caída a los infiernos del otrora gran referente de la transición, ha sido meteórica. Cuestionadas sus finanzas y negocios, sin apenas datos reales de un patrimonio que siempre ha sido materia reservada en un país, donde todas las normas están pensadas para blindar su figura y evitar preguntas molestas. El distanciamiento entre reyes es, dadas las circunstancias, inevitable, siendo el único cortafuegos posible que permita al monarca vigente mantener una mínima credibilidad ante una ciudadanía cada véz más apática y esquiva ante la figura de la monarquía.

 Da la sensación de que el deterioro de quien lideró la transición a la democracia es imparable. Líos de faldas, separación de facto de la Reina Sofía, que desde hace años vive en Londres, mantenida por los impuestos de todos, cuentas en Suiza de dudosa cuantía y procedencia, pago de comisiones por favores prestados... Terminará Juan Carlos por borrarse del imaginario de un país que hace solo algunos años sentía aprecio sincero por su Rey.

 De cómo reconducir la situación de la Jefatura de Estado, mucho y muy fino habrá de hilarse en los próximos tiempos, o la segunda transición, esta vez encaminada hacia la república, será inevitable. Dos frentes tienen los Borbones abiertos en estos momentos: Uno el padre, con la historia y otro, el hijo con el presente. Pronto deberán comunicarnos a los ciudadanos qué piensan hacer para no borrarse ni de un sitio ni del otro.



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