Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




martes, 21 de julio de 2020

Beato Oriol

Hace apenas unos días saltaba la noticia, no por menos esperada, impactante, incluso en estos tiempos, donde la atención está dirigida a la salud y al bolsillo, por razones evidentes.

 Haciendo uso de las atribuciones que en materia penitenciaria tiene transferidas la Generalitat, se ha concedido el tercer grado a los condenados por el juicio del procés, siendo esta la última ventaja conseguida por los  denominados presos politics, que ya disfrutaban de un régimen de semi-libertad que entre otras cosas les permitía salir a trabajar a la calle.

 Poco han tardado los integrantes del grupo de héroes de la causa secesionista en hacer la ronda de entrevistas por las radios y televisiones afines al proyecto, destacando especialmente las aparecidas en la televisión pública TV3.

 En ella hemos podido ver a un Jordi Cuixart casi asceta, entregado a las causas etéreas y profundas y a la meditación y el yoga, con un aspecto que se presta a ello donde destaca su barba canosa casi impoluta. A los ex-consellers Romeva y Rull, contando sus experiencias como compañeros de celda, hablando del grado de intimidad que conlleva compartir un puñado de metros cuadrados con otro ser humano sin más mobiliario que una litera y un váter.

 Entrevistas con aire intimista, mostrando la cara más humana de los encarcelados, su sufrimiento en condiciones de privación de libertad. Una vez más el independentismo apela a la emoción, a lo sensible, obviando las causas que han llevado a esa situación. El discurso no cambia: esto va de buenos y malos y, ellos, son las víctimas. Punto.

 Pero sin duda de entre todas las entrevistas, la que se lleva la palma es la ofrecida por el director de la cadena Vicente Sanchís, a Oriol Junqueras, líder de ERC y ex-vice president del Govern.

 En la hora larga de emisión fueron reitaradas las veces en que el interpelado contestó a las preguntas del periodista diciendo que era una buena persona, que era alguien honrado, que eso era algo que sabía todo el mundo. Con un grado de infatilismo que raya en lo estúpido, el ex conseller de economía más inútil de la historia del gobierno catalán se afanaba en mostrar la faceta que mejor se le da, la de interpelar a la sensiblería ñona de un público que masivamente se ha abonado al victimismo para construir un problema de enfrentamiento entre Cataluña y el resto de España.

 Parece como si el afable y campechano Junqueras al que los tres años en prisión no le han sentado del todo mal, ( se le ve tan lustroso como siempre), hiciera méritos para ganarse un puesto en los altares de la patria. No en vano es tradición en su familia ser acusado de rebelión, como bien se encarga de recordar en cuanto tiene la más mínima oportunidad. Egocéntricos de familia. De casta le viene al galgo.

 La iglesia de los acólitos del independentismo catalán ya tiene a su primer candidato a convertirse en beato de los amigos de la estelada, por encima incluso del etéreo Cuixart. Amen.

No hay comentarios:

Publicar un comentario