Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




lunes, 6 de julio de 2020

Guerra Civil Española

 Aprovechando el setenta aniversario del inicio del conflicto, El historiador de Liverpool, Paul Preston, publicó esta edición revisada y publicada por Ediciones Debolsillo,  ofreciendo nuevos datos y puntos de vista sobre el sangriento enfrentamiento entre las dos Españas.

 Y es que la Guerra civil española es una fuente inagotable de bibliografía, que de cuando en cuando genera ingentes nuevas ediciones, procedentes muchas de ellas, me atrevería a decir que casi la mayoría, de autores extranjeros. Pasan los años, pero el interés por lo que aconteció en aquellos treinta y tres meses de lucha, no pierde ni un ápice de su fuerza.

 Como bien señala Preston en varios pasajes de su versión, ello obedece a la todavía inconclusa fase de documentación de muchos episodios, no del todo esclarecidos, y las dudas que aún a día de hoy, generan muchas de las decisiones tomadas por el vencedor de la guerra. El hecho significativo de que la guerra se pelease pueblo a pueblo, y las rencillas y actos de venganza que llevaron a muchos ciudadanos a fallecer en trágicas circunstancias ajenas al conflicto armado en sí, ofrecen un campo inmenso donde obtener todavía información inédita, que va más allá de señalar el lugar donde están enterrados los fusilados en alguna de las sacas pergeñadas por cualquiera de las hordas sedientas de sangre, que usaron la guerra como instrumento para saldar cuentas pendientes.

 Con un estilo claro y directo, ofreciendo información relevante y datos de los principales protagonistas de este periodo, Preston diseña un paisaje donde la brutalidad de las huestes nacionales queda fuera de toda duda, pero sin negar ninguno de los episodios asesinos protagonizados por los leales a la República, cuyo gobierno comenzó a perder la guerra desde el mismo instante en que no fue capaz de generar una disciplina y control a través de un mando claro y único. 

 Tras dejar una vastísima bibliografía donde el lector interesado puede encontrar fuentes de información procedentes del sesgo de uno y otro bando, a modo de epílogo, deja Preston una reflexión que más que dar que pensar, hiela el alma: La guerra civil española aún se dirime en el campo de batalla del papel y los libros. 




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