Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




martes, 16 de julio de 2024

Política y deporte

 Era de esperar que apareciese en las celebraciones, aunque no deja de ser toda una novedad desde el momento que era la primera ocasión que representantes patrios y británicos se enfretaban en una final de campeonato.

 Dos de los jugadores más destacados del combinado vencedor, uno por méritos deportivos y el otro por su condición de capitán y razones ajenas a lo acaecido en el terreno de juego, se lanzaron, micrófono en mano, a recordar la condición de españolidad del Peñón de Gibraltar, viejo litigio que cuenta por siglos ya su vigencia. A uno de ellos, jugador de un equipo británico, seguro que se lo recordarán a su vuelta y quien sabe si no le lastrará entre sus aficionados. 

 Coletilla que no pierde ni un ápice de su reivindicación, que heredamos de generación en generación.

 Porque política y fútbol a menudo se entrelazan y confunden, más de lo que cabría esperar y desear.

 Las celebraciones de ayer vinieron cargadas de esos matices y apreciaciones, desde el comienzo de las mismas, como por ejemplo, con la desidia con que uno de los jugadores homenajeados dio la mano al Presidente del Gobierno en su recepción en La Moncloa y mucho antes con la elección de la Plaza de Cibeles como sede de la fiesta y recepción de los jugadores. Nunca dejan de darse puntadas sin hilo, ni cuestionarse las cosas, buscando razones aviesas detrás de cada toma de decisiones.

 Politica y deporte cogidos de la mano. En sitios con la sangre especialmente caliente como sucede aquí, resulta casi inevitable. Idiosincrasia pura y dura.

 

  

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