Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




miércoles, 24 de julio de 2024

La llave

 Cae la tarde en un área de servicio de carretera, en alguna zona de la meseta española. La aguja del indicador del gasoil se aproxima peligrosamente a la zona roja, el depósito casi está en la reserva. 

 Tras parar el vehículo, gira la llave del contacto para salir y aproximarse a la portezuela que da acceso al conducto del depósito de combustible. El Ford Fiesta tiene uno de los viejos tapones de metal, que requieren de su propia llave. Es entonces cuando se da cuenta, en el manojo de llaves  no está aquella específica del tapón del gasoil.

 Se percata del problema el empleado de la gasolinera, pues el suceso ocurre en aquellos tiempos en los que las gasolineras tenían empleados fuera de las tiendas; entra en la garita que tiene por despacho y sale con un manojo de llaves perdidas, por si alguna es similar a la del tapón; no tardan otros usuarios del servicio en acercarse e interesarse por el problema, de manera espontánea.  Entre ellos aparece un señor de barba poblada y gorra inglesa, que saca de su bolsillo un abultado manojo de llaves. Cuenta que guarda copias de todos los vehículos que ha tenido, antes de dejarlos en manos del desguace; con paciencia va probando con las de otros depósitos de combustible hasta que consigue abrir el tapón con una vieja llave de un Mini. Qué suerte.

 Con el tanque lleno, suficiente para regresar a casa, da las gracias a su anónimo benefactor, al tiempo que rechaza la oferta de quedarse con la llave que ha obrado el milagro de abrir; tiene una de repuesto en casa. Ya en carretera, conduce tranquilo de vuelta al hogar, maravillado por la fortuna de poder encontrar una solución a una situación complicada, se dice así mismo que qué buena es la gente y que capacidad de actuación tenemos las personas cuando nos unimos para arreglar una cuestión, la que sea.   

 Bendita memoria; de por qué me he acordado de esta vieja anécdota que fue en su comienzo un mal rato, quizá de razón en otra entrada de este blog, si consigo encontrar el motivo.

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