Creo que el Presidente Sánchez tiene razón, al afear una y otra vez las críticas que recibe de su gestión por parte de algunos de sus correligionarios.
Transparencia y democracia de partidos, sí, derecho a discrepar y a hacerlo en público, qué duda cabe; pero cuando la crítica es estructural y de criterio en la ruta trazada por un gobierno,la opinión direfente corre el riesgo de convertirse en deslealtad, siendo prudente plantearse otras opciones, otros caminos.
Creo que Lambán, Guerra, García Page o el propio González, deberían dejar de militar en el Partido Socialista Obrero Español. Su línea de pensamiento no concuerda con la de sus compañeros de filas, sólo afines por pertenecer a unas mismas siglas. Aún a riesgo de provocar un cisma que fracture al principal partido de la izquierda. Desde que Rodríguez Zapatero tomara por sorpresa las riendas del PSOE y alcanzase la presidencia del gobierno, las lineas de acción de su partido son otras que las que representan estos socialistas de la vieja escuela.
Por coherencia y por respeto a unas ideas, el divorcio es necesario. Ruptura que no debería ser sinónimo de retiro. Gente como el Presidente de Castilla La Mancha, tienen tirón y cuerda para rato y todo el derecho del mundo a comprobar qué recorrido político les queda.
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