Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




miércoles, 10 de julio de 2024

Yo no estaré allí

 Hago tiempo mirando hacia la Avenida de Logroño, a su inmensa glorieta siempre poblada de coches.

 Justo detrás se perfilan los contornos de un viejo edificio que antiguamente daba el adiós a los que abandonaban la ciudad. Salir de la calle de Alcalá a la altura de Canillejas era despedirse de Madrid para enfilar la carretera de Barcelona; justo a esa altura, ese bloque de viviendas, hoy diminuto, comparado con las construcciones que tiene alrededor, era la última referencia junto a una parada de autobuses interurbanos.

 Me pregunto cuántos años llevará construído, cuántos coches y personas habrá visto desfilar a lo largo de los años. Seguramente yo no estaré allí para verlo, ya que seguirá siendo un superviviente de una urbe inmensa que crece a pasos agigantados por esa zona, engullendo la Ciudad Pegaso y sus aledaños sin piedad alguna.

Edificio insigne, emblema de la capital. Es una de esas construcciones que no pasa desapercibida a quien la observa, menos ahora al ser fuente de contraste por vetusta y anacrónica.

 Edificios que son testigos vivos y mudos de una vida que pasa, por la que pasamos todos en el tiempo que nos es dado.

 

 

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