Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




martes, 20 de febrero de 2024

Enfermos en soledad

 Juan Carlos Unzué, antes paraba balones en una portería de fútbol, ahora lanza disparos, como si fuera un delantero, erigiéndose en portavoz de un colectivo, el de los enfermos por Esclerosis Lateral Amiotrófica, (ELA), del que desgraciadamente forma parte.

 Hoy comparecía en el Congreso de los Diputados, con el objeto de ampliar la visibilidad de una enfermedad que además de rara y cruel, apenas tiene suficiente visibilidad y comprensión. 

 Tan sólo cinco diputados han asistido al acto. De trescientos cincuenta que tiene el hemiciclo, sólo cinco han creído importante o necesario, asistir a un acto así, de divulgación y reivindicación,  tan necesario como imprescindible, de los derechos de unas personas que necesitan toda la ayuda posible.

 No sabe uno qué es más duro o doloroso, si las consecuencias de una enfermedad demoledora o la indiferencia de los representantes políticos, incapaces de mostrar un poco de empatía, tacto o simplemente solidaridad, con unas personas condenadas a una muerte en soledad, sin asistencia ni ayudas económicas, sin el auxilio obligatorio que las instituciones deberían brindarles.

 Si el Estado no está para ayudar y proteger a este tipo de personas, en este tipo de situaciones, entonces, ¿Para qué está? Lo de esta mañana es extensible a otras enfermedades, cuyos pacientes sufren de la misma desidia e indefensión. Hizo bien Unzué en afear con elegancia e ironía a los que hoy se han ausentado, con una frase que va a quedar para la posteridad:

 "Lo primero que quisiera saber es cuántos diputados y diputadas hay en la sala. ¿Podéis levantar las manos? Creo que he contado cinco. Me imagino que el resto de diputados y diputadas tendrán algo muy importante que hacer".

 Para remover conciencias, si es que algunos la tienen.

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario