Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




martes, 2 de enero de 2024

Fogonazo

 Viernes tarde, oscurece en Madrid. Salgo de la oficina al galope, cogiendo el coche para llegar al lugar de la quedada con amigos cuanto antes. Dejo a una compañera en la boca de metro de O´Donnel y continúo hasta un parking de la misma calle. Tráfico denso, como cabía esperar; me paso la entrada del garaje a la fuerza, un monovolumen inmenso bloquea la entrada  y me obliga a seguir de largo, para no obstaculizar el tráfico. Doy la vuelta por Príncipe de Vergara para intentar retornar al mismo punto. 

 A la altura del Teatro Alcalá, en la Calle Jorge Juan, giro de nuevo; como consecuencia de una retención en la calle me quedo justo encima del paso de peatones que conduce al teatro. Consciente de que molesto a los peatones, giro la cabeza a la izquierda para ver quien va a cruzar y es entonces cuando le veo.

 Está discutiendo con una persona mayor que le acompaña, probablemente su madre, hace aspavientos con la cabeza, negando algo que ella le dice, es entonces cuando levanta la cabeza y mira hacia mi coche, y su mirada se cruza con la mía.

 Es Oscar, antiguo compañero de facultad, con el que perdí el contacto hace muchísimos años. Tras vivir muchos años en Reino Unido, en Newcastle, donde se quedó después de completar su año de Erasmus, regresó para trabajar en Barcelona, donde se casó y donde probablemente vive desde entonces. 

 Fue apenas un instante, un fugaz cruce de miradas, que apenas pudo sostenerse, al avanzar la fila de coches y poner el mío en movimiento. Fue como un fogonazo, sé que me vio, que se dio cuenta de que yo le vi a él; sé que me reconoció. Hay formas de mirar que lo dicen todo sin mediar palabra alguna. Continué la marcha y aún pude verle por el espejo retrovisor; fijándome un poco más le vi ciertamente  avejentado.

 Nunca sabes dónde ni cuándo vuelves a encontrarte con personas que forman parte de tu pasado, que un día ocuparon un espacio y tiempo de tu existencia y ahora son parte del recuerdo. Rueda que gira y del mismo modo que te aleja, vuelve a ponerte delante caras que son momentos de tu vida.

 

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