Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




miércoles, 3 de enero de 2024

Carlos

 Si ayer hablaba de un encuentro fugaz y fortuito, hoy toca hacerlo de un reencuentro buscado y disfrutado.  Aprovechando la visita a sus hijas que residen en Madrid, tuve la oportunidad de volver a mi amigo Carlos, recién llegado de la República Dominicana.

 Ex compañero de trabajo, con quien coincidí hace casi quince años, mantenemos el contacto pese a la distancia, ya que tras un periodo de estancia en la tierra de sus padres, (es descendiente de asturianos y extremeños), decidió retornar con su mujer a Santo Domingo

 Cena en un italiano del centro, repaso de algunas fotos de aquel ya lejano dos mil ocho, año de infausto recuerdo para todos, preguntas por buena parte de los que eran compañeros nuestros aquel año... El rato que estuvimos juntos se pasó volando, mojando la cerveza  y la pizza con el cúmulo de anécdotas que fueron aflorando, una detrás de otra. 

 Nos despedimos sin concretar dónde ni cuándo será el nuevo encuentro, quién sabe si en su preciosa isla tropical, observando como el vínculo se mantiene intacto, pese al oceano que nos separa. La amistad es, entre otras muchas cosas, seguramente esto, estar aunque no sea de un modo físico y recurrente.



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