lunes, 22 de enero de 2024

Distantes

 Casi sin saber ni cómo ni por qué, de repente se dio cuenta que le daba la espalda, mostrándose ajeno, ausente, carente de toda muestra de interés a pesar de que sabía que la realidad era otra.

 Espaldas que imposibilitan la comunicación, que llenan de silencio el ambiente, donde el sol no luce, ni brilla pese a estar en todo lo alto, como todos los días.

 No miraba, no sabía qué hacía, pero sí que estaba ahí; sientía su presencia pese a la postura ausente. Era un postureo inofensivo, en toda regla.

 Espaldas, que buscaban obviar la realidad, creando una atmósfera ficticia. 

 Sólo encarando de frente se olvida, sin distancias de perogrullo.





 




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