Un día fuiste ajuar.
Hoy luces solitaria
desamparada, lejos de los fogones
rodeada de hierba seca.
Quizá se cansaron de ti
y aprovechando la pandemia
te abandonaron en mitad de la nada,
como tantos otros
cachivaches que ocupaban sitio
y que apestados,
salen de sus refugios
acabando en la calle
junto a contenedores de basura.
Útil como eres,
nadie quiere usarte
prejuicios de segundamano
entre gente siempre abonada
a la novedad.
Duerme el sueño de los justos
en algún punto limpio.
antes de que un cíngaro cualquiera
te apile para ser moneda de cambio;
y no sufras
por este mundo ingrato
que no supo reciclarte.
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