Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




jueves, 10 de septiembre de 2020

Estados febriles

 Fui un niño enfermizo, prácticamente desde la cuna. Inolvidable para mis padres fue aquella noche en que con una fiebre cercana a cuarenta, mi padre me cogió en volandas y me llevó en pijama corriendo por la calle al hospital. Los médicos le dijeron que el rato en que me dio el frío en la calle fue lo que bajó un poco la temperatura, y con ello, sin quererlo, ya había hecho parte del trabajo para salvarme.

 Después tuve una reacción imprevista a una vacuna, una de esas que te ponen de niño. El practicante que me atendía en la casa de socorro, no daba crédito a lo que veía, y por todos los medios intentaba sacarme del estado de colapso. Milagrosamente yo sólo me estabilicé, y aún a día de hoy nadie sabe decirme cómo pudo aquello darme aquella reacción, si supuestamente los componentes de la vacuna eran inocuos. Misterios de la vida.

 Luego vinieron las convulsiones en las noches. Con todos los síntomas propios de ataques de epilepsia. Me hicieron todas las exploraciones habidas y por haber. Hasta que un día los ataques desaparecieron. Hasta la fecha.  

 Alergias varias, sarampión y rubeola pasadas... hasta un coche llegó a atropellarme una noche de verano, cuando tuve la ocurrencia de ir tras mi abuela que iba a tirar la basura. Los reflejos del conductor de aquel seiscientos que minimizó la marcha, dejaron el golpetazo que me llevé en un susto sin secuelas físicas.

 Me reeleo y me impresiono. Tengo un palmarés imprensionante, tanto que casi quedan en anécdota las palpitaciones y taquicardias paroxísticas que me han dado de joven, años más tarde. Tras aquello el cuerpo parece haber llegado a su cupo, y se ha dado una tregua en lo de los achaques, antes de que los años continuen con la estela de padecimientos.

 Y con todo lo pasado, ahora lo que me tiene de cabeza, como a todos, es un simple virus.

 Así que cuando leo los requisitos que piden ahora para decidir si un niño puede ir al colegio o no, basicamente si tiene fiebre, me sonrío. Fiebres a mí que diría el otro... Nunca antes unas décimas arriba o abajo habían sido tan importantes. Nueva normalidad, nuevos estados febriles, nuevo sentido de lo enfermo y de sus consecuencias. El baremo baja o sube, cuando los potenciales afectados son muchos. Manual de supervivencia para un superviviente.


 

 



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