Carcasa, qué palabra.
Cuando la escucho o leo siempre me viene a la cabeza la imagen de una nuez, como si mi mente tuviese un lapsus, un incidente confuso que asemeja carcasa a cáscara. Son siete letras, con las mismas vocales, el mismo número de ces; tan sólo el orden de la erre y la ese la modifican, cambian la sílaba tónica y transforman una palabra que deja de ser llana para convertirse en esdrújula. Vaya baile por dos letras. Materia pura. A veces los cambios no necesitan de mucho para abrir brecha y hacerse camino.
Pero el campo semántico denota proximidad. Ambas envuelven, las dos protegen, debajo de ellas encuentras un bien preciado, un fruto, un objeto a cuidar. Son palabras de defensa, de protección, ofrecen recogimiento. Seguridad.
Y ahora no me preguntes por qué escribo sobre esto, por qué me vienen a la cabeza esa palabra y esas comparaciones. Descúbrelo tu.
No hay comentarios:
Publicar un comentario