Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




martes, 22 de septiembre de 2020

A este lado de la carretera

 Hoy tengo el soniquete de esta canción en la cabeza, y desde luego, echando un vistazo a la letra, no me sorprende. Tal vez porque vivo a este lado de la carretera, la A-3, y porque justo ahí estamos libres de restricciones, al menos por ahora. Viviendo como vivo en la zona final del distrito catorce, tengo al otro lado a los amigos de Palomeras bajas y El Pozo, antes del tío Raimundo, y que ahora parece que es un pozo huérfano.

 Apenas son unos metros, una pasarela sobre una autopista, y una fuente que da nombre a la calle donde se ubica, (Carrantona), nos separan. Unos metros y dos realidades, las que distan de la completa libertad de movimientos a los controles con matices y justificaciones.

  "...Poco tiempo conseguimos, vivir a nuestra manera, mi cabeza es mi destino, y mi cuerpo mi frontera."

  Corríamos el peligro de estar enfermos, y tuvimos que sacrificar parcialmente la libertad para ponernos a salvo. Aunque haya razones de peso para ello; qué mal se conjuga eso siempre.


"...Esta vida que vivimos, no es para mí, no quiero ser cualquiera..."

  Vida a cachos, previsible, organizada, sujeta a obligaciones, más aún de las que ya teníamos. Siente uno por momentos que uno empobrece más si cabe el día a día, ese de las pequeñas cosas, las que a fin de cuentas distinguen unas vidas de otras. Controles que previenen pero también ahogan. Vida monacal sin vocación.

  "...El mundo es un desatino, más grande de lo que era."

Desde luego que sí...

 

 





 

 

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