Es divertido cambiar de idioma, especialmente en lo relativo a expresiones populares que son de uso corriente en la calle. Así, por ejemplo, lo que aquí es llover a cántaros, para significar que esta lloviendo mucho, en inglés por ejemplo se dice, it´s raining cats and dogs. No hay recipiente que valga que se arroja hacia abajo con su contenido, no; allí caen del cielo mascotas.
De un tiempo a esta parte es lo que sucede en mis sueños, que aparecen en ellos perros y gatos por doquier, pero no caen del cielo, si no que surgen en mi vida, en sus diferentes aspectos o momentos; paseando por la calle o haciéndome arrumacos a primera hora de la mañana, muestra de cariño constante de la que no adolece nunca aquel que vive con un animal en casa.
Parece obvio que la cabeza está mandándome señales, esas que me resisto a seguir o hacer caso, por cuestiones varias. Vivir en un piso pequeño y pasar muchas horas fuera de casa, son el irrefutable argumento al que me agarro para procastinar la decisión de volver a tener un animal de compañía, algo que sucederá incuestionablemente, sea cuando sea.
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