lunes, 28 de octubre de 2024

Chapo

 El Chapo no tiene quien le escriba, como el coronel del libro de Gabriel García Márquez. Se siente sólo, desamparado, mal representado por unos abogados que lejos de aliviarle la pena, le han conducido, según él a un laberinto jurídico con visos de mantener incólume la cadena perpetua que le recluye en un penal de máxima seguridad en Colorado, (EEUU). 

 El narco más grande la historia, después del ajusticiado en los tejados de Medellín, Pablo Escobar, solicita un nuevo juicio, alegando irregularidades en el proceso de extradición, después de que volviera a ser capturado tras su fuga de película .

 Asumirá su propia defensa, sin conocimientos legales, sin capacidad de expresarse en inglés.  

 Mientras espera a que llegue, pide que se amplíe el abanico de bis a bis disponible para ver a su esposa, Emma Coronel, reina de la belleza estadounidense treinta años más joven que él. El atractivo del reo que una vez más, arrastra hasta así a parejas pese a su condición penitenciaria limitada.

Puede que la carrera entre rejas del narco, ensombrezca sus fechorías en libertad y que compita en notoriedad con el otro prófugo condenado de por vida, cuya colección de cadenas perpetuas no deja de crecer, el venezolano Carlos, el chacal.

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