Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




viernes, 18 de octubre de 2024

Somos los Conguitos

 Es, sin duda, uno de los dulces de mi infancia. En el mercado desde mil novecientos sesenta y uno, sigue manteniendo su producción en Utebo, un pueblo de Zaragoza, pese a no ser ya un negocio familiar y formar parte de una gran empresa dedicada al sector alimentario.

 Venían en una bolsa de color naranja, cacahuetes redondeados que traían un baño de chocolate, que ya se podía adivinar en el envoltorio; junto a ellos, un niño de color con forma oronda y redondeada y sonrisa de labios gruesos, terminaban por adornar la bolsa.

 Conguitos del Congo, como recién traídos de su tribu africana, dulces y deliciosos, tentempié en centenares de recreos y al salir de clase; aún hoy de adulto alguna vez los he vuelto a comer, sin que ello pudiera evitar traerme decenas de recuerdos.

  Todo esto viene a colación de una noticia que publica hoy la prensa:

 

 El Parlament de Cataluña ha decidido retirar los Conguitos de su bar, por su “connotación racista”, según ha informado La Sexta. Esta decisión ha sido tomada por el propio establecimiento tras escuchar el comentario de uno de sus clientes que afirmaba que se trataba de un producto racista.

 

 Nadie puede poner en duda la connotación tribal del anuncio, así como de la presentación del producto, visto con los ojos de un adulto; sólo sé que cuando era niño, nunca sentí que menospreciase a nadie el nombre del producto, ni que considerase de menos a los negros, a los que no si quiera identificaba como tales; tan sólo veía la simple analogía del color, negro es el chocolate, como lo son los niños del congo.

 Acabarán por cambiar el nombre y muy probablemente la presentación del dulce en sus bolsas; sin duda son otros tiempos y se perciben las cosas de un modo diferente. Para terminar esta entrada, sólo puedo decir que nunca he sentido que este y otros productos como este, alimentaran voluntad racista alguna. De hecho me viene a la cabeza el soniquete de la canción del anuncio y su comienzo: Somos los conguitos..., ese somos era integrador y cómplice e inspiraba ternura y ganas de comer chocolate, que era únicamente de lo que se trataba.


   https://www.youtube.com/watch?v=ODjOO_br78Y 

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