De segunda

 Escucho hoy en la radio que prácticamente la totalidad de la Isla de la Gomera, salvo el aeropuerto, el hospital y otras dependencias básicas, que funcionan con grupos electrógenos propios, diseñados para contingencias como ésta, están a oscuras desde hace más de un día. Un incendio en la central eléctrica de El Palmar, ha dejado inutilizadas la totalidad de las instalaciones, cortando de raíz el suministro de tan preciada energía.

 Horas y horas a oscuras, sin poder abrir negocios. Incontables las pérdidas materiales que harán mella en la siempre delicada economía de una isla pequeña. Resulta sorprendente comprobar que no haya un plan b para situaciones como ésta, que convierten a la isla y a sus habitantes en rehenes indefensos ante situaciones inesperadas.

 Sólo los que venimos de las islas entendemos la situación, esa sensación de desamparo, de sentirse de menos cuando acontecen cosas como éstas. La distancia con la península se hace por momentos más extensa, los traslados complican todo y hacen más difícil regenerar, reponer y activar cuanto antes la situación, ante un fenómeno imprevisto con consecuencias demoledoras.

 Sin menosprecio a nadie, los dos archipiélagos y Ceuta y Melilla tendrían que tener las instalaciones más completas, punteras y menos dependientes del país; las condiciones geográficas obligan a ello. Instalaciones que son de todos, puesto todo el que vaya de visita o viva allí puede hacer uso de las mismas. Sólo con ese sistema de competencias básicas, se eliminaría esa sensación eterna, de ser ciudadanos de segunda.