Sentía la raíz de los dedos, la savia que fluía por las yemas cada vez que deslizaba la mano por su espalda y con ello se sentía más conectada a ella, más incluso que cuando oía su dulce voz susurrándole caricias al oído.
Aquella fue una conexión pura, material, de facto, de piel con piel. Con uno sólo de los sentidos podía sentir cómo la amaba, sin necesitar de ningún estímulo más.
*** Resultado del ejercicio literario planteado por la escritora Cristina Campos, finalista del Premio Planeta, con su obra, Historias de mujeres casadas, en la conferencia El amor es materia prima literaria, dentro del ciclo de debates literarios organizados por la Fundación Caixabank en Madrid, con fecha de 27 de febrero del corriente.
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