Para los que piensan que hay cosas ya superadas, o que no tenemos margen de empeoramiento, que mirando hacia delante sólo se puede ir a mejor.
Sólo basta con comprobar cómo todavía es noticia que un jugador de futbol profesional anuncie su orientación sexual.
Porque la única noticia real que hay detrás de esto, es que alguien tenga que decir qué preferencias sexuales tiene y lo haga como un alivio, como si escondiese un secreto inconfesable.
Vergüenza ver la doble vara de medir de lo politicamente correcto. De cara a la galería qué abiertos de mente. En petit comité tan acendrádamente carcamales de pensamiento como siempre.
Siento pena por el chaval. Declarar sus inclinaciones es un autoescarnio intolerable. No hay necesidad. Si de verdad queremos ser tan tolerantes como predicamos, empecemos por no exigir, aunque sea sutílmente, la confesión en los comportamientos íntimos. Lo que haga cada cual en su casa, es cosa suya. Los únicos que están enfermos son los que indagan y, para colmo, lo censuran. Bestias.
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