Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




jueves, 2 de febrero de 2023

Televisiones

 Ha vuelto a ocurrir: recibir una llamada de un amigo que te anuncia que va a jubilar su televisión, pero como está aún en funcionamiento y le da pena tirarla después de tantos años de servicio, había pensado en mi para dármela, si la quería.

  Sin ser un objeto de decoración, quien me conoce sabe que la televisión juega un papel secundario en mis rutinas caseras, entre otras razones porque su visionado me resta horas de lectura, algo que no estoy dispuesto a consentir. Ni siquiera el tener acceso a alguna de las plataformas digitales de contenidos, sirve de pretexto para mantenerla encedida, aunque vea de cuando en cuando capítulos de alguna serie.

 Quizá por ello, porque no es un elemento esencial en mi vida, es por lo que los amigos se acuerdan de mi cuando llega la hora de darle el matarile al viejo receptor. No en vano, tuve cerca de trece años una vieja televisión de culo, que ya mereció un sentido homenaje en este mismo blog cuando me desprendí de ella y de la que presumí siempre en mis eventos sociales. Sólo cuando se desconfiguró la imagen y el sonido se asemejaba al de una vieja computadora con ecos de lata, decidí cambiarla por la que tengo actualmente.

 Televisiones,  que para los que vivimos sin compañía permanecen encendidas más por hacer ruido que por visionar sus contenidos. Viejas o nuevas, formarán parte del paisaje doméstico, seguramente por bastante tiempo.

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