Pedir ayudas. Cuando hacen falta de verdad y cuando no. Igual que no sabemos cuántos fijos discontinuos hay en el país, tampoco sabemos cuántos son favorecidos sin hacer méritos, o dicho de otro modo, sin necesitarlo.
A mi lo que me preocupa realmente no es lo que se da, ni tampoco a quien; el tema está en saber de dónde sale lo que se reparte, especialmente si es prestado, pues luego hay que devolverlo.
Cosas de Estado, de oportunidad, clientelas. Más viejo que el tebeo; siempre hubo, hay y habrá gente a la que se beneficie con el beneplácito de algunos y el berrinche de otros, según recibas o no. Conozco a muchos que critican que se den ayudas, no conozco a nadie que las rechace, cuando les llegan, aunque sea por un poco de coherencia. Para poner el cazo los prejuicios son pocos y las criticas al sistema, nulas. Por el interés, te quiero, o no.
No hay comentarios:
Publicar un comentario