Ha comenzado el año inquieto, de trasiego lento pero constante, de viajes cortos pero intensos, de ratos de espera en terminales de aeropuerto y sobremesas en mesón castellano, de partidos a la fresca.
Siempre andando, siempre en movimiento. Símil de una vida sin raíces, ni sostas importantes. Así es. Así lo quiero.
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