viernes, 20 de agosto de 2021

Ciudades botellón

 Es como si hubiésemos entrado en una segunda fase, más avanzada. De aquellos lodos de Lloret de Mar y de Magaluf, han llegado estos barros de gran urbe, que han convertido a Madrid y Barcelona en nuevos destinos preferentes en eso que ahora se denomina turismo  "low cost".

 Turismo de gente joven, de alquilar pisos en vez de ir a hoteles, de comer bocadillos en las aceras y parques en vez de pisar restaurantes, de pasar por los museos por la puerta y visitar los supermercados para hacer botellón en calles y playas.

 Se quejan los hosteleros, ( y los vecinos por los ruidos y molestias), de la llegada de este turismo  de baja calidad, que no ayuda a mejorar las maltrechas  economías de un sector que lejos de remontar, tiene a un cuarenta por ciento  de los hoteles  aún cerrados  en Barcelona.  Turismo  tolerado  desde las instituciones, como ya ocurrió  tiempo atrás en Madrid, dejando pasar sin apenas controles  a grupos de chavales franceses que venían aquí a emborracharse, gracias a la laxitud de las medidas  de contención.

 Dilemas y más dilemas. Aceptarlo todo a cambio de unos ingresos que son , en realidad, una miseria. Quien  lo hubiera dicho, hace apenas veinte meses.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Pombo

  Álvaro Pombo ha acudido al Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares , para recibir de manos de Felipe VI , el galardón que le ...