Llega a Madrid, a la base de Torrejón, el último avión con civiles y personal repatriado de la misión en Afganistán. En ese vuelo llega el embajador de España en Kabul.
Pese al ofrecimiento de ser evacuado en el primero de los aviones, el jefe de la delegación diplomática española ha permanecido en el aeropuerto de la capital afgana, supervisando las tareas de embarque y traslado de cientos de ciudadanos, colaboradores y sus familias, así como nacionales que han vuelto a casa gracias al esfuerzo del personal diplomático, las fuerzas armadas y la policía, acreditadas en la zona.
Cuando en mi trabajo vuelvan a darnos formación o lecciones de liderazgo, confío en que pongan como ejemplo a personas como este hombre. Un líder aguanta la presión y no la traslada a sus subordinados, y cuando hay que dar el callo abandona el barco el último. Dando ejemplo, como decía mi abuela.
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