Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




martes, 3 de noviembre de 2020

Noche electoral.1

 Después de la entrada de ayer, ( desde luego no estaba preparado), parece obvio de qué toca hablar hoy, justo en el momento en que los colegios electorales están abiertos y funcionando a pleno rendimiento, mientras reciben la visita de los votantes censados.

 Si este fin de semana veía como ante mis ojos fallecía Abraham Lincoln a manos de John Wikes Booth, tal y como ha inmortalizado Gore Vidal en su novela, de un disparo, hoy espero ver como comienza a expirar el mandato presidencial de Donald Trump, a manos de sus electores, con la más poderosa arma que tenemos los ciudadanos en nuestras manos en una democracia: con el voto.

 Si hace cuatro años todo el mundo daba por vencedora a Hillary Clinton, aupada por unas encuestas que escondieron la realidad del voto, especialmente en estados concretos donde la victoria cayó sorprendentemente del lado republicano,  en esta ocasión el pronóstico es mucho más incierto. Primero por la falta de brillantez y de encanto del candidato demócrata, Biden, a quien aupan más sus años a la sombra de Obama, o la capacidad mediática de su candidata a la vicepresidencia, Harris, que sus propios méritos. Segundo por los escrutinios, en los que no ha conseguido despegarse en ningún momento y en tercer lugar por el pobre argumentario que ha mostrado para convencer a sus conciudadanos, diluido por un COVID que ha eliminado a su principal adversario en las primarias, Sanders, y que ha minimizado los efectos del mensaje en una campaña en donde el momento más destacado ha sido el contagio del propio Trump con el virus. Para este viaje de pocas alforjas se han dotado los estadounidenses a los que les queda como principal argumento para ir a votar el de desterrar (o no), de La Casa Blanca al padre y mentor del moviento populista conservador que campa a sus anchas a ambos lados del océano Atlántico.

 Quedan unas horas para salir de dudas. La noche será larga. Al igual que esta entrada, que solo podrá quedar conclusa mañana. Por aquello de darle algún sentido a éstas líneas, voy a mojarme y lanzar un pronóstico: Ganará Biden y lo hará holgadamente.

 

 


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