Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




viernes, 13 de noviembre de 2020

Heridas abiertas

  Es este un país que no sabe superar sus traumas, terminar episodios, o cerrar heridas. Llevamos ocho decádas sin encontrar puntos de encuentro de una Guerra Civil, que hace años que se cerró en los campos de batalla, pero que sigue vigente en los libros, opiniones y, por increíble que parezca, en las cunetas.  

 A este se suma el problema de E.T.A. cuya resolución va camino de enquistarse igualmente. Puede que los pistoleros ya no maten, pero andamos muy lejos de haber recibido señales de perdón, de comprensión y asimilación de un problema, que no se va a cancelar ni aún cuando salga de la cárcel el último de los presos con que la banda terrorista ha poblado las cárceles de este país.

  Estos días, en que se están aprobando los Presupuestos Generales del Estado, están siendo unos día duros, convulsos, en los que los herederos de Herri Batasuna han echado sal a la herida formando parte del consenso que va a dar apoyo a las nuevas cuentas, sin renunciar a su discurso lleno de bravuconadas y provocaciones.

 Han pasado muchos años desde que se sentara por primera vez un filoetarra en un escaño en el congreso, La imagen de Jon Idígoras como diputado, prometiendo la constitución por imperativo legal, y mirando amenzadoramente a Felipe González, es una de esas imágenes que se han quedado en la retina de muchos, y que no encuentran evolución en los que ahora se sientan en esos mismo escaños representando las mismas ideas y las mismas actitudes. Los años pasan pero a veces, no con ellos cambian otras cosas.

 Aunque no todo es malo, pues a fin de cuentas la participación democrática conlleva aceptar todas las ideas  y los apoyos que estas reciben. La democracia española sigue su curso de maduración lenta asumiendo en su proceso momentos delicados de la historia de este país que no terminan de superarse en el imaginario colectivo. Trabajo de generaciones por delante del que no hay que renegar, ni del que hay que desistir. Camino queda por delante, desde luego.

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