Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




miércoles, 27 de diciembre de 2023

Jerarquía de aprecios

 Todos tenemos una jerarquía de sentimientos, de muestras de afecto, de aprecio, que son variables y no necesariamente están vinculadas a lazos de sangre o de parentesco. El cariño no obedece a cuestiones de índole genética.

 Mi lista cada vez es más enjuta, donde las ausencias son más sonadas que las incorporaciones, en la que, además, las entidades carentes de vida ganan peso por encima de los seres vivos.

 Siento amor infinito por mi sofá, cuya curvatura causada por mis largas horas de apoltronamiento se hace cada vez más acusada; a cada milímetro que cede, más me enamoro de él. 

 Amo a mi almohada, depositaria de la caja de grillos que adorna la azotea de mi cuerpo, que se recuesta en ella todas las noches, yogurtera de imágenes y ruidos de los que rara vez me acuerdo cuando duermo, pues mis sueños son como una película  en canal codificado. Cada vez que la veo la asocio a descanso, a poner punto y final a la etapa de consciencia,  ese momento mágico de cada día.

 Quiero, cada vez más a los gatos de mi hermana, Pumba y Timón, últimas  incorporaciones de la familia, por la ternura con la que se manifiestan cada vez que me ven; peluches con pilas que dan cariño sin pedir nada a cambio. Podían aprender otros.

 En fin, la lista seguiría con inquilinos de la especie humana, pero esa me la guardo para otro día. 

 Mapa de sentimientos de un cincuentón despegado, reflexiones descarnadas de un solitario de manual que cada vez está más convencido de que estando sólo, está haciendo lo correcto.

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