Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




viernes, 10 de noviembre de 2023

Premios literarios

 Da la casualidad de que el premio literario más importante del mundo, al menos en lo que se refiere a la dotación económica se entrega en España. Así que igual que el Nobel es el premio que mayor reputación da, en el caso de la cuantía a ganar, es el Premio Planeta el más notorio.

 Premio con ínfulas de alcanzar repercusión acorde con el nombre de la propia editorial, pese a la limitación que supone el concederse tan sólo a trabajos publicados en lengua castellana. El músculo financiero y el poder que representa el Grupo Planeta, dan a la concesión del mismo una trascendencia que supera a la de otros premios;  No es el Cervantes, pero el morbo y tensión que hay detrás del momento en que se conoce el nombre del artista ganador, es muy significativo.

 Desde mis inicios como lector serio, que es casi como decir desde que tengo uso de razón, he seguido con curiosidad la entrega de este galardón, junto al Nadal, dos de los grandes premios literarios del sector privado, ambos dados a conocer en sendas cena-gala celebradas en Barcelona, la gran capital del negocio editorial en este país. No deja de ser curioso que por cuestiones políticas, haya quien niegue a la Ciudad Condal, la honorable distinción de capital de la novela en castellano; obtusos de obcecación enfermiza que niegan la mayor anegados en su ahíta militancia.

 Acusado de ser un reconocimiento que prima antes el espectáculo que la calidad de los textos que se presentan, este año ha protagonizado un nuevo episodio de dimes y diretes al conceder el premio a una periodista y presentadora de televisión, de cuya carrera como escritora poco a nada se sabía hasta ahora. 

 ¿Puede ser la literatura de calidad también comercial? La eterna discusión que año tras año el grupo de la familia Lara pone sobre la mesa. Lo cierto es que lo uno no va sin lo otro; sin ventas no hay posibilidad de publicar y si no se publica no se dan a conocer textos que sin duda merecen su lectura. Que el ruido de un premio, sea merecido o no,  no oculte la importancia que tiene para atraer compradores y lectores. Un mercado, como otro cualquiera, del que las artes, desgraciadamente no están exentas.

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