Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




jueves, 9 de noviembre de 2023

Mercado de abastos

 Víspera de festivo en Madrid. La Almudena trae frío y horas extra para dormir, tiempo libre para hacer cosas fuera de casa. Como otras veces, apuesto por dar una vuelta por el vecino Aranjuez.

 Pueblo de cuadrículas perfectas, calles rectas de pisos bajos que confunden y desorientan al neofito, Iluminado por la belleza de su Palacio Real y especialmente de su emplazamiento, a la vera del Tajo, haciendo de su visita un tiempo bien aprovechado. Casi disfruta uno más de la vista del agua, que con tanta bondad trata a esta tierra bañada por el rio principal y su afluente, el Jarama, a escasa distancia uno de otro, fuentes de riego generosas para estos campos de fresón y  espárragos.

 Con tanta belleza, cuesta creer que la sede de los Reales Sitios no goce del reconocimiento de la UNESCO y siga con la nominación a Patrimonio de la Humanidad vetada, privilegio que sólo en la Comunidad alcanza Alcalá de Henares

 Dejo a un lado el puente que orilla al Matilde frente El Rana verde, dos de los establecimientos de hostelería más sonados de este lugar, con salón para comidas  y embarcadero al río; me adentro por sus calles adoquinas, cuajadas a ambos lados de tiendas y desemboco en la Plaza de la Constitución que en una punta muestra la sede del Ayuntamiento y en el lado opuesto, el Mercado de abastos.

 Dadas las hora, la mayoría de los puestos ya han echado abajo la cancela, aunque quedan algunos abiertos despachando  a los últimos clientes, que procastinan la compra en busca de ofertas de fin de fiesta, que permitan llevar género a casa por menos dinero. Miro al techo y disfruto del complejo de vigas de hierro que sostienen un tejado a dos aguas revestido de uralita.  

 Mercado que sigue siendo mercado, que no ha sucumbido a la moda moderna de convertir sus puestos en lugares de restauración. Me pregunto cuanto durará indemne.

 Mercados de abastos que en su tiempo eran un hervidero de almas buscando lo mejor para sus cestas de la compra y que han caido en un declive irreversible fruto de los cambios de hábito en las compras. Renovarse o morir y en la medida de lo posible, conservar. Son patrimonio de un tiempo pasado que no por cumplido hay que dejar morir del todo. 

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