Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




viernes, 24 de noviembre de 2023

Especismo

 He descubierto que soy especista; aunque cada vez lo soy menos en lo referente a considerar a los seres humanos una especie superior al resto de animales; ejerzo como tal en mis hábitos alimenticios, incluyendo el consumo de carne en mi dieta.

  No hace mucho sufrí la censura de una excompañera de trabajo, vegana militante, que me afeaba mi comportamiento tras enterarse de que había votado a un partido animalista en las últimas elecciones generales. 

 ¿Cómo puede declarse uno defensor de los derechos de los animales, si no tiene reparo alguno en ingerir su carne como alimento?, me preguntaba ella. Menudo dilema.

 Para apacigüar las conciencias de gente como yo, ha surgido una nueva corriente de pensamiento. Ahora a las personas que tienen pasión por perros, gatos, focas o hipopótamos, pero que, en cambio, ingieren carne de pollo, cerdo o vacuno, se les denomina especistas: discriminan entre unos animales y otros por considerar que unos tienen mayor importancia, mientras que otros son tan sólo parte de la cadena alimenticia, seguramente por razones de índole cultural. 

 Reconozco que por ahora, no tengo grandes dilemas, que sigo perdiendo el sentido cuando me llega el olor de un buen jamón serrano, sin pararme a pensar en que ese jugoso manjar es la extremidad de un cerdo cebado y sacrificado, que orientó toda su vida a ese momento: a que su carne entrase en contacto con mi paladar. Capaces de encontrar trufas bajo tierra, con una inteligencia superior a la de un can o un delfín, no tenemos mejor manera de incorporarlos a nuestras vidas que como parte de nuestra dieta. Quizá sea un desperdicio.

  La corriente animalista avanza, lo hace a pasos agigantados, consiguiendo grandes avances, arrinconando y amenazando con la intrascendencia a lo que era, hasta hace no tanto, un espectáculo de masas, como la tauromaquia; de la capacidad que tienen sus tentáculos ideológicos de llegar a otras facetas de la vida, da cuenta éste debate alimenticio, que se cruza con otras corrientes de pensamiento que inciden en la necesidad de alejar de nuestros estómagos cualquier cosa que no los convierta en estercoleros. Los tiempos cambian y  las formas de pensar y alimentar, también. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario