martes, 22 de agosto de 2023

Tenerife

 Parecía intocable. Los cerca de cuarenta kilómetros que unen La Laguna a la base del Teide son un serpenteo por una masa arbolada infinita, bosques inmensos de pinos canarios y algunos eucaliptos, pulmón para la isla. Los que son dados a estas cosas siempre la han considerado tierra mágica. Pese a su trazado sinuoso y ser una carretera transitada, es una de las vías que menos accidentes registra de todo el país. Acceder al Teide por Las Cañadas asegura belleza, tranquilidad y seguridad.

 Hoy una parte de ese paisaje sereno, es pasto de las llamas, por culpa de algún insensato. Fauna y flora que se han ido para siempre, aunque no todo el monte afectado está calcinado; gracias a la rapidez con que se reproduce el pino en aquella tierra inmensamente fértil, en pocos años el verde hoy convertido en negro tizón volverá a verse en todo su esplendor. No podremos decir lo mismo del resto.

 Doce de los treinta y un municipios de la isla, están afectados. El mapa de mis recuerdos de infancia, también. Desde Las Raíces a La Esperanza, pasando por Las Lagunetas. Tantas tardes de domingo, de ir al monte a comer con los amigos, borrados por culpa del fuego. Se hace bola ver las noticias. Ojalá esté estabilizado y apagado, pronto.

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