Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




martes, 27 de octubre de 2020

El traje

  Es una cuestión de imagen.

 La primera vez que recuerdo a un político preocupado por dar una imagen poco sofisticada fue Felipe González. Eran los tiempos del PSOE vencedor, aquel que en apenas un puñado de años había pasado de la clandestinidad a La Moncloa con mayoría absoluta; y aunque no tenían complejos por ponerse traje y corbata, eran muy dados a los mitines descamisados, aquellos en los que los líderes del partido cantaban La Internacional con el puño en alto, vestidos con vaqueros, camisa y cazadora de cuero. Como si de esa manera se manifestase mayor proximidad con el votante más humilde.

 Todo eso me ha venido a la cabeza hoy al observar la comparecencia que Presidente y Vicepresidente del gobierno han hecho para presentar los presupuestos generales para el año próximo. Ritual al que cabía esperar normalmente al titular de la cartera de Economía, y que en esta ocasión, por aquello de que son uns presupuestos especiales, ha recaído en los dos cabezas de serie de este gobierno paralelo y bicéfalo. 

 Sobre el contenido de la comparecencia, tenemos cuerda para muchos días, y otra cosa no habrá en este país, pero analistas y opinadores... crecen y abundan como los champiñones. Así que resulta más interesante opinar sobre la vestimenta del Vicepresidente segundo.

 Que era un traje prestado, parece obvio. Ni la sisa, ni la espalda, ni el cuello... la tradicional tendencia de Iglesias a disertar con su chepa en ristre, inclinándose más hacia delante a  medida que se embalaba en su speech, se acentuaba con el contraste de la camisa clara y el traje azul oscuro. Y con su coleta en ristre, parecía un samurai encorsetado. 

 Hablaba y más hablaba, sobre los que pasan por ser los presupuestos más especiales, aquellos que, por fin, van a sustituir a los eternamente prorrogados últimos de la era Rajoy.  Como es normal ha sacado pecho, aunque una de sus medidas estrella, la de regularizar los precios de los alquileres, se haya procrastinado, de momento hasta comienzos del año que viene. 

 Cuentas sociales que buscarán marcar el futuro. Pero si de algo se hablará, será sobre el traje de Iglesias. Que la ocasión mereciera chaqueta y corbata, ya dará que decir, y desde luego de la percha...correrán ríos de tinta. Y es que la elegancia y el saber vestir siguen siendo una cuestión de clase.

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