Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




miércoles, 8 de abril de 2020

Manos

  Manos de piel reseca. 

  Desde hace dos días he comenzado a hidratarme con una crema, la piel de mis manos, especialmente en el dorso. Pequeñas costras de piel reseca caen como si fuese caspa y dejan su pequeña huella blanquecina en mi manta de rayas.

 Será del jabón de manos que utilizo, ese que con cuidado he buscado para evitar, precisamente que se resecaran.

 Imagino que como todo producto de higiene lo habrán testado clínicamente, con toda suerte de probaturas, para evitar posibles reacciones, posibles efectos secundarios.

 Aún así, ni con la solución concentrada y suave que tenía, ni con el ph neutro, he conseguido que me provocase esa leve reacción.

 Me pregunto si ningún fabricante contaba antes de lanzar su producto con que cada usuario se lavase veinte veces al día las manos. 

 Solo había visto antes unas manos así de resecas, las de una ex-novia, enfermera; tan resecas las tenía de usar los jabones quirúrgicos para lavarse tras cada intervención en la UCI que parecían de carton piedra, de un tacto tan áspero como si fuese piedra pómez.

 Ahora yo las tengo así, y me escuece un poco cuando me las acaricio estando secas. Por eso las toco con mimo, con cuidado, como si me importara cada escama de piel que sale de ellas.

 Agua, jabón y toallas. Higiene. Tan obvio siempre y tan socorrido ahora. Nunca antes estar limpio implicaba dejarse la piel, aunque sea a trocitos. 

 Cada escama que cae es como una hoja caduca que va a su destino de compostaje de humus,es una muestra de este encierro mustio sine die. 

 Primavera otoñal. Que ese manto de materia orgánica sea abono para un nuevo reverdecer de plantas humanas, de cerebros bien amueblados.

 Que esa siembra tenga una cosecha racional y provechosa.

 Me aplico el cuento.


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