La piel del Tambor

 Son las cosas que ocurren cuando te pilla una situación como esta en corral ajeno. Lejos de mis libros y de mi mesa de lecturas pendientes, me he pertrechado de algunos títulos con los que hacer más llevadera esta parsimoniosa espera, que busca todos los días a las doce del mediodía recibir noticias esperanzadoras que nos inviten a pensar en una pronta liberación.Toda una suerte de Angelus profano que busca la enunciación de buenas nuevas.

 Estaba entre los libros que aún no había degustado de Arturo Pérez Reverte. Después de despachar Sidi, a comienzos de este infausto año, ha caído en mis manos esta vez La piel del tambor, ( Ed. Anagrama), otra novela más que conjuga a la perfección los dos piedras sobre las cuales el escritor cartagenero estipula sus tramas: la historia y la aventura. 

 Ambientada en Sevilla la principal protagonista de la historia  es una pequeña y céntrica iglesia, Nuestra señora de las Lágrimas, objeto de deseo por parte de los especuladores que ven en su privilegiado emplazamiento un lugar idóneo donde vender, comprar y construir en la siempre cara capital hispalense, una vez que el viejo templo barroco sea demolido. Pero una serie de circunstancias extrañas, desembocan en el fallecimiento de dos personas, aparentemente por razones que descartan acción delictiva alguna, dentro del recinto, vinculadas ambas a unas humildes obras de restauración que no avanzan, y que parecen ser fuente de sabotajes constantes. 

  Las desventuras de la parroquia sevillana llegan a oídos del Vaticano, a través de un pirata informático que entra en las cuentas privadas de la Santa Sede, dejando un enigmático mensaje que da cuenta de cuanto acontece en la pequeña iglesia. El instituto para las Obras Exteriores ( IOE), envía a uno de sus mejores hombres, el Padre Lorenzo Quart, para que realice un informe de cuanto está ocurriendo.

 Con todas las trabas posibles dispuestas en su camino, el enviado eclesiástico trazará un camino sinuoso,donde el pasado de una familia aristocrática sevillana, un héroe desconocido de la Guerra de Cuba y una poderosa entidad bancaria sevillana, juegan sus cartas en una partida a tres bandas donde nadie es quien parece, ni nada ocurre según  lógica alguna.

 Con un ritmo intenso y ese lenguaje tan propio del autor, sencillo y cargado de datos históricos, tan característico desde que se diera a conocer como novelista de aventuras con la Saga del Capitan Alatriste, Perez Reverte construye esta historia con final sorprendente. 

 Libros así hacen más llevadera esta condena de aislamiento profiláctico, tan necesaria como inevitable. Su lectura será sin duda todo un acierto.