Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




lunes, 27 de abril de 2020

Dos de mayo

 El próximo sábado Madrid volverá a vestirse de fiesta. Volverá a salir a la calle.

 Los que vivan cerca podrán acercarse al Palacio Real, aunque en esta ocasión no tenga  dentro a nadie retenido, ni pretendan secuestrar a ningún infante miembro de la familia real para que que los trasladen a Francia, ni a ninguna otra parte.

 Tampoco habrá un motín como el Aranjuez que haga de espoleta, de una bomba de efecto retardado, moviendo a las gentes a salir en tropel a la calle para defender la nación de la invasión de ningún país vecino.

 De hecho no habrá muchedumbres, o al menos no debería haberlas, por sensatez, por un mínimo de precaución.

 Nos moverá un mismo objetivo, un ansia de libertad, de salir afuera, de pisar la calle sin controles ni restriciones. A fin de cuentas vivimos oprimidos desde hace dos meses, por un enemigo invisible y sigiloso que no sojuzga libertades; enferma, y en algunos casos mata.

 Seguramente no tendremos otro Dos de mayo como este. Ni encontremos otro día como este que tenga tanto sentido.

 No en vano el dos de mayo es sinónimo de libertad. Me pregunto por qué es solo festivo en Madrid, si aquella rebelión popular fue el inicio de un movimiento de liberación que espoleó y sirvió de inspiración a todo el país.

 Así ocurrirá este sábado, que estamos todos llamados a salir sin discriminación alguna por territorios, sin más restricciones que el tiempo de permanencia y las distancias que nos debemos todos por cuestiones elementales de salubridad.

 Libertad sin ira esta vez, libertad con cabeza por necesidad, y aunque libertad efímera por limitación, libertad a fin de cuentas. 

 Este sábado puede ser un gran día, como diría Serrat.

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