Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




lunes, 30 de septiembre de 2024

Hooligan

 No está muy claro el origen de esta palabra, pero en el Compact Oxford English Dictionary se dice que su origen puede proceder de un apellido perteneciente a  una ruidosa familia irlandesa, mencionada  en una canción de music hall de la década de 1890.Otra fuente habla de un informe policial donde se refirió por primera vez esa palabra aludiendo a una pelea callejera entre bandas rivales.

 En cualquier caso se trata de un término relacionado con conductas inapropiadas, al vandalismo, a actividades donde la fuerza física se emplea de forma desmedida e injustificada.

 No en vano es un término que se asocia inevitablemente al deporte, más concretamente a aquellos aficionados que se comportan de esa forma tan poco decorosa en los encuentros que juegan sus equipos. Formas de animar poco apropiadas que no pocas veces acaban en una batalla campal. 

 Anoche vivimos aquí la enésima  muestra de vandalismo asociado al deporte por unos aficionados que bien merecen el apelativo que encabeza este post. Supuestamente provocados por el portero del equipo adversario, (exjugador por cierto del equipo local), decidieron responder a sus gestos tras marcar su equipo un gol, lanzándole toda suerte de objetos: mecheros y monedas entre otros, obligando al colegiado del encuentro a parar el juego durando un tiempo de cerca de veinte minutos, tiempo interminable en los que jugadores del equipo local, entrenador y autoridades trataron de calmar los ánimos de un sector de la hinchada muy acalorado.

 Dado el partido de fútbol que era, (derby entre los equipos de la ciudad), la repercusión de los hechos ha trascendido fronteras y hoy se habla en todos los mentideros deportivos de un espectáculo deplorable.

 Una vez más un evento deportivo que da que hablar por cuestiones que nada tienen que ver con el deporte.  Que quienes copan las gradas también juegan, es un hecho incuestionable, por lo tanto las reglas de comportamiento y civismo han de ser altas y rigurosas con el objeto de premiar el espectáculo antes que las acciones bochornosas como las que ocurrieron ayer.Las malas acciones han de arbitrarse dentro y fuera del campo de juego, con sanciones disciplinares que estén acorde con los hechos protagonizados. La pasión nunca puede ser justificación para el vandalismo, cuyas acciones en ocasiones tienen consecuencias gravísimas. Que quien corresponda tome cartas en el asunto.

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