Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




miércoles, 4 de septiembre de 2024

Ambiente de periferia

 Salir de Madrid resulta un tabú. Abandonar la capital para irse a vivir a algún lugar de la periferia, a alguno de sus municipios, parte del área metropolitana de la gran ciudad, se convierte en una especie de venirse a menos, una suerte  de degradación en la escala social, como si el Foro hubiese dictado sentencia y no tuviese lugar para tí, obligándote a buscar acomodo en otra parte.

 Municipios que se llenan de gente corriente, de poder adquisitivo medio-bajo, que encuentran en estos núcleos urbanos, espacios asequibles, donde poder invertir ahorros que van a parar a una vivienda, donde poder vivir y plantearse tener hijos.

 Eso explica al menos en parte la estampa de los barrios al caer la tarde, llenos de niños y adolescentes que apuran las últimas tardes de libertad, antes de que comience el curso escolar en apenas unos días.  Barrios con vida, llenos de juventud y alegría que contrastan con muchos de la gran capital, convertidos en geriátricos sin savia nueva, donde los bancos rebosan de gente que busca compañía en unas calles, cada ves más hostiles, que no quieren saber nada de viejos.

 Vivir más lejos es apostar por tener mayor calidad de vida, ajustando los gastos y mejorando un entorno, donde la mezcla de edades llena de vida unas calles, propias de ciudad dormitorio, que alegran la existencia.

 

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