Sigo

 Sigo soplando velas y lo hago en condiciones óptimas: con buena salud y rodeado de amor, más del que muchas veces me pregunto si merezco.

 Sigo sintiéndome joven, con energía y espíritu, con ganas de hacer cosas, de enfrentarme a nuevos retos, con fuerza de seguir poniéndome a prueba.

 Sigo con el corazón abierto, ahora más que nunca, que vuelve a tener destinataria e ilusiones que compartir. 

 Sigo viviendo en el presente, disfrutando del día a día, viajando muy ligero de equipaje, afiliado al concepto de quitarle hierro al asunto, especialmente a cuestiones mundanas. Cada año que pasa menos pierdo el tiempo con según qué cosas.

 Sigo observando, con la cabeza inclinada hacia arriba, con altura de miras, como se dice vulgarmente. En alguna parte de ese horizonte elevado está la esencia de las cosas.

 Sigo el camino, mi camino, tratando de no importunar a nada y a nadie. La mejor manera de deambulear por esta existencia cada vez más serena y más madura. Ataraxia en potencia.

 Sigo.