Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




lunes, 19 de agosto de 2024

Capitán de los piojos

 Recuerdos de infancia que vuelan y salen de su recondito escondite mental, del que surgen cuando menos se espera.

 Todo a cuenta de una foto con gafas de ahora, cuyo visionado trae a colación la cita con rima Gafitas cuatro ojos, capitán de los piojos.

 Rimas sin pies ni cabeza, en las primaban la formas antes que el fondo o el contexto de significados, lo verdaderamente importante era que rimase, que la frase pudiera decirse con soniquete y sorna infantil, esa que pasa del juego a la laceración en apenas un instante, con la sinceridad y crueldad con las que se manifiestan las almas tiernas, pendientes de acercarse a la atalaya de la madurez, sin encontrar la templanza que no haga de los complejos ajenos motivo de mofa.

 Nunca tuve de gafas cuando era un infante, pero si tuve otras taras que fueron motivo de burla, como mis enormes orejas de soplillo. Nunca fui el capitán de los piojos, pero si  suplanté la personalidad de Dumbo, el elefante de Disney y sus cualidades voladoras.

 Recuerdos de infancia, macedonia de sensaciones, de momentos divertidos y otros que no lo eran tanto.Elementos de base de una personalidad de adulto, que en muchas ocasiones, más de lo que parece, debe sus comportamientos actuales a momentos enterrados en ese pasado de menor.

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