Suena el
despertador.
Son las ocho menos cinco.
Tardo unos segundos en reaccionar,
en pensar en qué día estoy.
Me lo temía, es domingo, aunque bien pudiera ser martes.
Me doy la vuelta e intento dormir un poco más,
sé que es inútil.
Son las ocho menos cinco.
Tardo unos segundos en reaccionar,
en pensar en qué día estoy.
Me lo temía, es domingo, aunque bien pudiera ser martes.
Me doy la vuelta e intento dormir un poco más,
sé que es inútil.
Desde que empezó
esto todos los días son iguales.
Terminan como empiezan.
Tal vez sea la luz dentro de la casa, que se amortigua y diluye,
creando un estímulo diferente
que mi cabeza percibe monótono, lineal.
Terminan como empiezan.
Tal vez sea la luz dentro de la casa, que se amortigua y diluye,
creando un estímulo diferente
que mi cabeza percibe monótono, lineal.
Más que libertad quiero luz,
más que salir, quiero claridad,
y que mi mente tenga otra vez ese brillo del día,
en cada momento, a cada hora.
más que salir, quiero claridad,
y que mi mente tenga otra vez ese brillo del día,
en cada momento, a cada hora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario