Tiempos raros y difusos éstos, donde apenas la paciencia si tiene cabida en ellos.
Todo lo queremos para ayer, con ansia creciente.
Dónde quedarán aquellas veces en que las cosas importantes, y las no tan relevantes, necesitaban concerser a fuego lento. Ahora y ya, y rápido, que para luego es tarde.
Ni en lo laboral, ni en lo sentimental, ni en lo humano, la visión del usar y tirar es la que impera. Vida líquida y desechable.
Ciclos. Porque todo vuelve. Llegarán de vuelta esos tiempos ajenos a lo utilitarista, reposados, donde valorar las cosas buenas, las que son bonitas, y las importantes, se tomará su tiempo, mucho o poco, pero el justo. Uniformidad temporal que ahoga lo existencial.
Nada más triste que deglutir la vida, sin saborearla, tacita a tacita.
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