Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




jueves, 27 de enero de 2022

Laika

 Aún no son las cinco de la tarde, miro absorto la pantalla del ordenador, no ha terminado mi hornada de trabajo, y aunque parece que estoy al pie del cañón, no sólo no trabajo, ni si quiera estoy.

 Tengo la ventana del salon abierta. No tarda en llegar el ruido  del carreteo de na cotorra argentina, se posa en la copa del árbol que tengo justo delante, en una rama endeble, que se cimbrea al contacto con el animal, con un balanceo lleno de fragilidad, que pareciera que la rama en cualquier momento pudiese ceder al peso del pájaro, pero, tras unos primeros instantes de moviento intenso, la rama se ralentiza, hasta parar casi al completo.

 La miro como si fuese un voyager, de forma furtiva, mientras ahueca un ala y se purga con el pico. Justo encima de ella un cielo azul, claro y limpio como hacía días que no teníamos, pone el decorado. Se toma su tiempo, reposa tranquila, sabedora de que ahí arriba nada ni nadie la va a molestar. Hasta que decide marcharse y comienza el vuelo. Es entonces cuando llega el mensaje via whatsapp. Es mi hermana: Laika ha dejado de respirar y se ha ido para siempre.

 Como la cotorra, alzando el vuelo, desde la copa más alta, hacia el cielo más azul, así te has ido, sin sufrir, en un dulce sueño, rodeada de tu familia. Buen viaje, pequeña.




 

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